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Sobre la Terapia Floral y el Dr. Edward Bach

La Terapia Floral, es la aplicación sobre todo ser vivo y con fines terapéuticos de esencias de flores silvestres cuyas benéficas propiedades equilibradoras de los estados emocionales y mentales, fueron descubiertas en 1930 por el Dr. Edward Bach, médico bacteriólogo y homeópata inglés. La Organización Mundial de la Salud ha subrayado su inocuidad y ausencia de efectos perjudiciales para la salud en 1984 incluyéndola en su Informe de Medicinas No Tradicionales.

Dentro de lo que se entiende por Medicinas No Tradicionales se la considera como de tipo energético o vibracional, ya que su acción terapéutica no se basa en un principio activo desde un punto de vista farmacológico o fitoterapéutico.

No es considerada como producto homeopático ya que presenta una única dilución y en su elaboración no tiene lugar la dinamización.

Objetivos y Campo de Actuación de la Terapia Floral

La Terapia Floral colabora en el equilibrio de emociones y estados mentales tales como la ira, el sufrimiento ante las pérdidas, el miedo, la inseguridad, la desesperanza, la intolerancia, la impaciencia, la irritabilidad, la baja estima y tolerancia a la frustración, entre otros estados, es decir, en aquellos estados afectivos que perturban al ser humano de modo habitual.

El Principio Básico que define la acción de la Terapia Floral es el desarrollo de la virtud opuesta al defecto que da origen al malestar emocional, postulando que existen patrones mentales y emocionales disarmónicos que contribuyen a desencadenar enfermedades o disfunciones diversas. Las Esencias Florales contribuyen a restablecer o conseguir un equilibrio armónico entre cuerpo, emoción, mente y alma, y constituyen un auténtico modo preventivo de toma de conciencia y de crecimiento personal.

Actúa sobre todos los seres vivos, sean personas, animales o plantas.

El Dr. Edward Bach

Edward Bach (1886-1936) fue un destacado médico inglés cuya su principal inquietud iba dirigida hacia la búsqueda de las causas reales de la enfermedad. Entró en contacto con la obra de Hahnemann (creador de la Homeopatía), y desarrolló vacunas homeopáticas, algunas de ellas aún en uso.

Estaba convencido del hecho de que, dado que en la Naturaleza reina una Armonía Perfecta, seguramente sería posible hallar en ella los remedios necesarios para establecer el equilibrio en todas las criaturas.

El Dr. Bach se encontró con un hecho curioso: algunos pacientes que tenían la misma enfermedad tenían algunas otras características similares, como su postura, su forma de hablar, sus gestos y sus expresiones. Empezó entonces a analizar a sus pacientes no solo por sus enfermedades y síntomas, sino por sus personalidades. Por supuesto, necesitaba de un remedio para cada tipo de personalidad.

“Toda enfermedad no es mas que la manifestación física de un malestar, de un trastorno debido a una condición mental que altera el equilibrio del cuerpo”

Esta investigación lo llevó a probar con sus pacientes algunos remedios basados en flores que recogió durante unas vacaciones en Gales. Obtuvo tan buenos resultados al prepararlos de forma homeopática, que decide mudarse definitivamente a Mount Vernont, para sumergirse en el desarrollo de una nueva medicina. Empieza a recoger flores que percibe adecuadas para resolver los problemas específicos de cada una de las personalidades que va identificando.

Innovador además en la metodología de preparación pues, intuitivamente y llevado por las necesidades de alguna reacción emocional específica, simplemente recoge el rocío que ha quedado depositado en un tipo de flor por la mañana, y lo usa como tintura madre. Para su asombro, este rocío es suficientemente poderoso como para crear efectos significativos en las personas. Después experimenta sumergiendo algunos de los brotes de las flores en un frasco de cristal lleno de agua mineral, y dejándolos en el sol durante algunas horas, permitiendo que el sol transmita la energía de las flores al agua, la cual queda convertida en dicha tintura madre.

Después de experimentar los efectos de algunas tinturas de flores consigo mismo, y luego con plantas y animales, empieza a probar sus remedios con pacientes, recetándoles remedios de acuerdo a su tipo de personalidad en lugar de a sus síntomas. Debido a los sorprendentes resultados que obtiene, decide tomar una nueva filosofía en su investigación: Para corregir una enfermedad física, es necesario primero corregir los problemas mentales y emocionales del paciente.